A sus 24 años, David Camprubí ha creado una marca que factura siete millones de euros anuales, sin necesitar rondas de inversión, ni modelos digitales. Lo ha hecho con tiendas físicas, zapatillas exclusivas y pasión por su concepto de negocio. Ahora, inaugura en el centro comercial más transitado del planeta.
Con solamente 24 años, David Camprubí ya ha alcanzado lo que a muchos emprendedores les lleva décadas: una cadena de tiendas de zapatillas de edición limitada, que facturó siete millones de euros en 2024, con presencia física ya en cuatro países y que acaba de desembarcar en el centro comercial más grande del mundo, el Dubái Mall.
Su marca, Newcop, ha logrado vender cerca de 30.000 pares de zapatillas sólo en el último año y curiosamente apunta ahora a conquistar el comercio electrónico, un canal que hasta ahora había considerado “secundario para mi negocio”, señaló a este diario este joven y ambicioso autónomo barcelonés.
El recorrido de Camprubí es el de un emprendedor precoz, de los que comienzan a hacer negocios antes incluso de tener edad legal para firmar contratos. Con 16 años, ya compraba y vendía zapatillas a través de plataformas de reventa y acuerdos entre particulares o tiendas.
“Empecé emprendiendo de adolescente, comprando y vendiendo zapatillas en B2B o a través de marketplaces”, relató entusiasta. Esa experiencia, sumada a su etapa organizando eventos en el ocio nocturno, le proporcionó los dos ingredientes que más adelante lo llevarían a fundar su negocio: conocimiento profundo del producto y habilidades de marketing y comunicación orientadas a un público joven.
Su fundador sólo quería crear una comunidad de apasionados del ‘streetwear’
Hace tres años, David y su equipo no aspiraban a cifras millonarias ni a abrir tiendas en los destinos más codiciados del retail internacional. Querían, simplemente, crear una marca propia y conectar con una comunidad que compartiera su gusto por el streetwear y las zapatillas exclusivas. “Cuando creamos Newcop, pretendíamos montar un proyecto para crear nuestra marca y poder conectar directamente con el consumidor que buscaba nuestro producto”, recordó.
El crecimiento fue tan rápido como inesperado. Y es que, desde el primer día, decidieron reinvertir todo lo que generaban. “Hemos seguido el crecimiento que venía por la demanda, y hemos ido abriendo donde creíamos que podíamos hacerlo bien”. Hoy cuentan con puntos de venta en Barcelona, Madrid, París y Dubái, aunque David insiste en que las decisiones han estado más guiadas por la intuición y las oportunidades que por una hoja de ruta inflexible.
Una de las singularidades del modelo de Newcop es que su expansión ha estado basada, en un 85%, en tiendas físicas, no en el canal digital. “El 85% de nuestra facturación viene de tiendas físicas. Ahora quiero que el ecommerce crezca y equilibre la balanza”, admitió. El canal online es precisamente el objetivo prioritario de 2025. Un área en la que invertirán intensamente para ampliar la base de clientes más allá de los que descubren sus tiendas en ubicaciones céntricas y turísticas.
La firma ha lanzado también su propia línea de ropa urbana
Newcop no sólo vende zapatillas de edición limitada de marcas como Nike, Adidas o Yeezy. También ha lanzado su propia línea de ropa urbana, una vertical de negocio con la que David Camprubí quiere diversificar la oferta y aprovechar la afluencia de clientes a sus tiendas. “La idea que tenemos es aprovechar que ya tenemos varios puntos de venta muy bien ubicados y mucho volumen de clientes para poder ofrecer más producto y que así puedan completar sus outfits”, explicó. Esta línea de ropa será lanzada de nuevo, con un formato renovado, a finales de este año.
El retrato-robot de cliente al que se dirige la marca es el de una persona joven, con gusto por el streetwear, pero sin necesidad de encajar en estereotipos. “Nuestro perfil de cliente es gente muy normal, pero con un gusto especial para las zapatillas y la ropa streetwear. Queremos gente que disfrute el producto, que quiera diferenciarse y que conecte con nuestra marca y nuestra comunidad”. A través de las redes sociales han logrado construir un canal de comunicación directo y ágil, que ha sido determinante para su crecimiento. “Hemos creado una forma de vender este tipo de producto que antes nadie hacía”, afirma.
La apertura en Oriente Próximo marca un punto de inflexión en la trayectoria de Newcop, no sólo por el hito simbólico que supone aterrizar en uno de los mercados más exclusivos del mundo, sino por la oportunidad estratégica que representa. “Dubái es una ciudad con mucha demanda de nuestro producto y un punto clave para nuestra internacionalización”, aseguró este emprendedor. La tienda está ubicada en el Dubái Mall, el centro comercial más transitado del planeta; lo que representa un escaparate inmejorable para una marca joven que busca posicionarse a escala global.
Reconoce que, a veces, las inseguridades pesan, pero nunca ha pensado en abandonar
En todo caso, y pese a lo logrado hasta ahora, Davis Camprubí no romantiza el camino. Reconoce que hay días en los que las dudas e inseguridades pesan, aunque nunca se ha planteaso abandonar. “Nunca he pensado en tirar la toalla, pero hay muchos días que afrontas problemas y te nacen dudas que debes vencer”, confesó.
Lo que le mantiene firme, asegura, es su capacidad de adaptación y una mentalidad orientada a resolver conflictos. “La gracia y lo bonito de emprender es superarse, es afrontar los problemas y solucionarlos para seguir avanzando”, afirmó. Su perfil, más que el de un visionario con un plan maestro, es el de un emprendedor con una enorme capacidad de ejecución y resistencia.
Así, no es casual que una de sus principales advertencias a quienes quieren emprender sea sobre la motivación real que hay detrás. “Hoy en día parece que hay mucha obsesión con querer emprender, y da la sensación de que cualquiera lo logra con cualquier cosa. Y emprender significa dejarte la vida en un proyecto con el que pasarás muchos altibajos, y durante el cual habrá muchos días dormirás pocas horas”. Por eso, insiste, emprender sin entusiasmo no tiene sentido. “Para aguantarlo necesitas que se convierta en tu pasión. Si no, es muy complicado”.
Con esa filosofía, David Camprubí ha conseguido convertir lo que empezó como una actividad de compraventa de zapatillas en su adolescencia en una marca con proyección internacional y una comunidad creciente de seguidores. Y si Newcop triunfa es por un enfoque basado en el producto físico, la comunidad real y un crecimiento impulsado por decisiones prácticas, más que por rondas de financiación o discursos grandilocuentes.
A medida que la empresa gana presencia internacional, el CEO de Newcop mantiene la misma mentalidad con la que empezó: observar al cliente, adaptarse a los cambios y trabajar a diario con la idea de seguir creciendo. Su historia, además de reflejar el auge de un negocio basado en el mercado de las zapatillas, es también la de un emprendedor que lleva más de ocho años —aunque tenga solo 24— cultivando una forma muy personal de entender cómo deben hacerse los negocios.
Fuente: Autónomos y Emprendedores