Por cada experto en marketing que se estruja las neuronas pensando en su siguiente campaña “viral” (esa que acumulará likes en Facebook, será retuiteada diez mil veces y tendrá millones de reproducciones en YouTube), hay un tipo ocioso capaz de pasar días enteros grabando todas las cucamonas que hace su gato sin otro afán que compartir lo que él considera es un milagro de la naturaleza. Por supuesto, el vídeo del minino tendrá mucho más éxito (y en los casos más hirientes reportará mayores beneficios económicos a su creador) que la campaña diseñada para reventar Internet. Algún avispado pensará que el atribulado experto en marketing tan sólo tendría que rodar un vídeo con gatitos para solucionar sus problemas. Pero no: porque como explica Kevin Allocca, responsable de tendencias de YouTube, una de las características que comparten los vídeos que triunfan es que resultan inesperados.
Afortunadamente para el futuro profesional de los expertos en marketing (y seguramente también para el futuro de la humanidad en general), los vídeos de felinos haciendo cosas amorosas, contrariamente a lo que podría parecer, no es lo que más triunfa en YouTube. Tampoco los de bebés que ríen, rusos borrachos o adolescentes que versionan el último éxito de Justin Bieber. Uno de los contenidos que más reproducciones acumula, y alcanza además hasta el 5% del total subido a la plataforma, son los vídeos educativos de la más diversa índole, desde charlas universitarias hasta tutoriales de cocina. Conocimiento compartido.